Un juicio apresurado es un prejuicio. Hay acontecimientos que demandan tomar distancia antes de emitir opinión, que no se pueden pensar ni rápido ni acotado. La demora se justifica además porque cuando arremeten los dirigentes de la primera línea con definiciones terminantes es mejor correrse y esperar a que la marea baje. Coincido en que, en medio de la tormenta, hay que poner otro temperamento a las frases y no se puede dudar. ¡Conviene ser contundente! Ya vendrán tiempos aplacados para ponerse a evaluar. Pero en esas circunstancias, a veces, para aplacar las operaciones que se montan sobre rumores de toda índole, es mejor darlos por sentado y subir la apuesta. Eso es lo que hizo el gobierno nacional, secundado por los gobernadores, con la organización de un “Comando de Operaciones” para prevenir los saqueos durante los emblemáticos días 19 y 20 de diciembre, judicializando la protesta como sedición contra varios policías de distintas provincias, y los ministerios públicos impulsando detenciones contra personas que habían protagonizado saqueos.